¿ES POSIBLE QUE UN PROFESOR COMPRUEBE LA EFICIENCIA Y LA EFICACIA TOTAL DE SUS ACTIVIDADES EDUCATIVAS?.
Mencionábamos
en uno de los primeros artículos del presente año en este blog (Enero 9, 2013)
que en la aplicación a las condiciones del mundo real de las enseñanzas
aprendidas como estudiantes, por parte de los egresados de los centros
educativos, se ponen en práctica todas las cualidades creativas del ser humano
y es cuando un profesor constata si sus labores docentes han sido eficientes y
eficaces.
No
obstante, muchas veces no alcanza ni el tiempo ni la vida para comprobar con
resultados concretos los benéficos resultados de la actividad educativa. Esto
es similar a la situación que se vive en las labores del agro, cuando al
trabajar con los cultivos llamados “permanentes”, muchas veces se siembran
semillas cuyos frutos otros cosecharán a plenitud porque son renglones de largo
plazo que requieren de mucho tiempo para crecer, madurar y producir.
En
uno de nuestros escritos creativos planteábamos las diferencias reconocidas
entre lo que se entiende comúnmente por eficiencia (como la relación entre los
recursos, factores o insumos utilizados en una empresa, proyecto o actividad --
tales como el trabajo y el capital -- y los
resultados obtenidos; ej. Unidades de producto obtenido por hora de trabajo) y
eficacia (como la capacidad para lograr los objetivos o propósitos buscados con
la agregación de los resultados parciales obtenidos).
Mostrar
la eficiencia docente puede, entre muchos indicadores, referirse a las
cantidades de personas que asisten o participan en los cursos dirigidos por un
profesor, que los señala con cifras estadísticas medibles. Y aquí puede verse
también una eficacia parcial cuando se demuestra que se cumplieron las metas y
objetivos de estos procesos.
Pero
la eficacia total se podrá mostrar cuando se compara la situación de un (a) estudiante al empezar su proceso de
formación (punto de entrada) y su condición cuando mucho tiempo después (punto de salida) llega a convertirse en un ser humano exitoso, constructor (a) de una familia y ha
brindado positivos y concretos resultados al desarrollo de la región en que se
ubica, y estos logros pueden ser relacionados con la educación recibida.
Para
entender estos aspectos ubicábamos a un docente cavilando y reflexionando si
habría sido “eficiente” y al mismo tiempo “eficaz” en su accionar educativo, lo
cual reflejamos en un cuento que ha sido leído y reflexionado por muchos (as) de
nuestros (as) estudiantes como aplicación de las técnicas de creatividad de
“punto de entrada” y de “ingenio y perspicacia” entre otras y que incluimos al
final de este artículo. Invitamos a todos nuestros lectores en este medio que
observen este procedimiento, para lo cual insertamos el relato original del
libro “Instantes creativos en varias vidas”.
Es
evidente que la medición de la eficacia total en la formación integral de un
ser humano no puede ser relacionada con el esfuerzo exclusivo de un solo
docente; muchos profesores, muchas generaciones, integran conocimientos y
experiencias para entregar a sus alumnos (as) de todos los días. Analizando
estos planteamientos dentro de lo que se
denomina como “pensamiento sistémico y enfoque holístico” (presentado también
en este blog el 7 de febrero de 2013), será posible estudiar la manera en que
los procesos educativos contribuyen a consolidar las aspiraciones de superación
de cada persona.
Con
relación a este planteamiento recordamos un mensaje de Albert Einstein, que también
habíamos publicado en este blog (enero 9 de 2013), cuando en su alocución en
noviembre de 1922 a los niños de China y Japón afirmaba que: “Pensad que las cosas maravillosas
que podréis aprender en vuestras escuelas son el trabajo de muchas
generaciones, logrado con mucho esfuerzo y mucha fatiga en todos los países de
la Tierra. Las ponemos en vuestras manos como herencia, para que las respetéis,
desarrolléis y fielmente las entreguéis a vuestros hijos. Así es como nosotros,
los mortales, nos hacemos inmortales, transmitiendo el trabajo hecho por
todos.”
http://wwwprof.uniandes.edu.co/~bgomez/einstein_edu.html
http://wwwprof.uniandes.edu.co/~bgomez/einstein_edu.html
Dándole
tiempo al tiempo puede ser posible distinguir casos representativos de personas
que muestran en su accionar serio y dedicado la solidez de su ánimo de
superación, que se acrecentó con el empuje básico de una educación que
recibieron en diversos momentos de sus existencias. Meditábamos también sobre
la forma en que “la educación empresarial con innovación ayuda a cambiar los
horizontes personales, familiares y de una nación” (Enero 9 de 2013)
Trataremos
de analizar estas situaciones con ejemplos de la vida real, manteniendo la
reserva lógica de este tipo de análisis, e invitando a quienes hayan
investigado sobre estos procedimientos a que nos ilustren con sus avances sobre
el tema....
EFICIENCIA O EFICACIA.
(HECTOR
HORACIO MURCIA CABRA, Enero 2011, Del libro “Instantes creativos en varias
vidas”.)
“Emplearse en lo estéril,
cuando se puede hacer lo útil;
ocuparse de lo fácil,
cuando se tienen bríos para intentar lo difícil;
es despojar de dignidad al talento.”
cuando se puede hacer lo útil;
ocuparse de lo fácil,
cuando se tienen bríos para intentar lo difícil;
es despojar de dignidad al talento.”
José Martí, Héroe de la Independencia de Cuba.
Federico
Sastre es un experimentado profesor de técnicas de formación de empresas que ha
cumplido sus “primeros cincuenta años de vida”, como suele repetir desde que
arribó al que llama quinto piso de su edificio cronológico.
Toda
su vida la ha pasado entre tizas, tableros, marcadores acrílicos y
recientemente modernos equipos audiovisuales que le han servido para enseñar a
muchas personas la forma de organizar iniciativas personales hacia la
cristalización de proyectos que les sirvan para formar unidades productivas o
industriales que les permitan subsistir en el sueño administrativo actual de
llegar a ser reales empresarios. Sastre
es un hombre curtido en las lides docentes que se enorgullece de haber vivido y
enseñado conceptos administrativos que él mismo aprendió estudiando
juiciosamente desde el que llama orgullosamente su “tocayo” Frederick W. Taylor
hasta llegar a los que llaman gurús de la ciencia administrativa actual.
Enseña
y enseña desde que tenía veinte años de edad, creyendo haber vencido mitos que
acompañan a algunos de sus contemporáneos de cátedra a quienes los alumnos
acusan de ser profesores “dictadores”, porque sólo les recitan definiciones y
les exigen que en los exámenes les repitan las mismas de memoria. También cree
que no es como otros profes que aún usan cartulinas amarillentas con muchas
leyendas, que cuando las sacan parecen que estuvieran escritas en sánscrito
sobre rugosos pergaminos, alrededor de las cuales revolotean polillas como las
mariposas amarillas que describe el maestro García Márquez en sus cien años de
soledad.
El
Fede, como le dicen cariñosamente sus amigos, cree estar matriculado en el
grupo de los que califica como “viejos jóvenes” porque aunque su documento de
identidad ó “cédula de ciudadanía” parece sufrir de “cedulitis” por lo
amarillento que se vé, siente que su mente es como la de uno de sus alumnos de
veinte, por lo innovador y actualizado que se cree.
Se
describe como un revolucionario de la ciencia, porque se ha atrevido a criticar
principios que aprendió en su vida de estudio como los de la competencia
perfecta y pura que conoció en sus años juveniles, afirmando que hoy en día
estos son cuentos angelicales frente a la presencia de monopolios, oligopolios
y otras figuras por el estilo en el discurrir económico de los pueblos. Ha
discutido también muchas veces los planteamientos sobre ventajas absolutas y
comparativas de sus antiguamente admirados Adam Smith y David Ricardo,
comulgando en los actuales momentos con los conceptos de las ventajas
competitivas de Porter, pero pensando que ahí no debe parar esta parte de la
ciencia.
En
medio de todos estos instantes de su existencia se ha creído siempre un tipo
eficiente porque ha hecho énfasis en lo que él ha creído que es hacer las cosas
correctamente, pues ha ayudado a las empresas educativas en las que ha
trabajado a resolver problemas, a disminuir y ahorrar gastos, a ganar más
ingresos. En fin, el Fede cree que ha cumplido con muchas tareas y obligaciones
a lo largo de su vida de trabajo.
Pero
en una de sus últimas clases quedó algo preocupado, cuando uno de sus pupilos
le preguntó si en medio de sus labores creía que además de eficiente, también
había sido eficaz, a lo que él respondió como viejo zorro de la cátedra con un
conjunto de elucubraciones que no parecieron haber dejado satisfecho a quien lo
interrogaba. En el fondo él sabía que le había dado vueltas a las ideas y que
no había podido responder con claridad, lo que lo llevó a investigar un poco
más sobre la real diferencia entre los términos “Eficiencia y Eficacia”.
Más
preocupado se sentía cuando le hablaron que estaba en marcha en la institución
educativa a la que prestaba sus servicios una política de relevo generacional
que jocosamente llamaban la “ley anticucho”, que en nada se asemejaba al plato
peruano hecho de corazones de reses, sino en la oposición a ultranza a los que
en Colombia llaman los “cuchos” o sea los seres humanos de avanzada edad.
*
Leía
el maestro Sastre que su admirado abogado y tratadista austríaco Peter
Ferdinand Drucker manifestaba que no basta con hacer las cosas correctamente
(eficiencia), sino que hay que hacer las cosas correctas (eficacia) y quedaba
perplejo de ver si lo que estaba haciendo era lo indicado.
Escuchaba
también a uno de los sacerdotes de la iglesia que frecuentaba los domingos y
feriados, que en alguna ocasión decía que era eficiente quien rezaba todos los
días, pero eficaz el que realmente llegaba al cielo y quedaba más desconcertado
cuando le decían que podemos ser eficientes sin ser eficaces, o eficaces sin
ser eficientes y que lo ideal es ser a la vez eficaces y eficientes.
Trataba
de buscar ejemplos para poder entender esta jeringonza y poder enseñarlos a sus
discípulos y así se devanaba los sesos imaginándose el caso de alcanzar una
meta de ser eficaz dictando un curso de veinte horas en una semana, pero para
hacerlo debiendo gastar muchos recursos en tiempo de preparación, transportes y
audiovisuales, no siendo eficiente. O por lo contrario utilizar un porcentaje
menor de los recursos previstos para dictar el curso pero no pudiendo
terminarlo en las veinte horas previstas, siendo eficiente pero no eficaz.
Lo
ideal en este caso para él era dictar las veinte horas en una semana utilizando
una cantidad racional de los recursos previstos para ser tanto eficaz como
eficiente.
Estudiando y
estudiando conceptos y criterios llegó finalmente a la conclusión que la
eficiencia se refiere al cómo se hacen las cosas o a
la relación entre los resultados obtenidos y los recursos, sin
desperdiciar nada y obteniendo un resultado de calidad. Mientras tanto,
concluyó que la eficacia es el para qué se hace todo esto o sea la
relación entre las metas establecidas y las metas logradas; es entonces la
capacidad de cumplir un objetivo planteado.
¿Y esto
para qué le servía a él en su vivencia presente? Le empezaron a surgir dudas
cuando recordó que con sus clases, libros y publicaciones pensaba él que habría
llegado a muchísimas personas y que por lo tanto, sería un profesor eficiente.
Pero se
interrogaba si había sido realmente eficaz, cuando empezaban a anunciar por
doquier que llegaban flamantes profesionales con títulos recientes de
doctorados y post doctorados de muchos países del mundo, que ni siquiera
llegaban al tercer piso cronológico, probablemente a reemplazar a muchos
docentes “viejos viejos” y talvez a algunos de los “viejos jóvenes” como él.
*
El
debate en la mente del Fede aún continúa.
Sigue
pensando que nadie ha sido tan eficiente como él a lo largo de su vida y obra.
Empieza a buscar indicios de eficacia cuando ve que muchos de sus ex alumnos
hoy triunfan en muchas actividades de sus existencias con base en sus propios
empujes, pero con trazas de los conocimientos que él les dio.
Talvez
en la vida de un profesor quedan muchas incógnitas como estas, cuando vuelve a
mirar sus realizaciones personales y familiares, que muchas veces quedan
postergadas ante el compromiso y la entrega total a las causas de la tiza, el
tablero y de las veleidades electrónicas de hoy día.
Pero
es seguro que en lo más recóndito de su ser, deambulantes hombres como el Fede
alberguen la satisfacción de saber que muchos de sus estudiantes los recuerdan
con cariño, respeto y veneración y que puedan sentir con fruición que fueron
eficientes y eficaces al saber que han cumplido una interesante misión sobre la
tierra.
Motivación
ResponderBorrarLa motivación para que el estudiante adquiera el interés por acrecentar su capacidad y el hábito del estudio y sobretodo del análisis ,creo es lo más difícil.
Se requiere de profesionales no sólo captado res y acumuladores de conocimientos y técnicas ,sino de que logren construir sobre lo existente. Esto es que logren innovar y ojalá crear. Dos conceptos que deben estar muy claros para los profesores e incentivar a los estudiantes no sólo para ser eficientes y eficaces, además. Que se cree conocimiento y técnicas novedosas que se logren creaciones como pasar de la vela al bombillo.no sólo hacer que la vela dure más y Esparza mejor su luz.
Minfanteo 2013-06-16
Gracias por este comentario, estimado Dr. Mario, que refuerza el concepto de tener profesores que impulsen la creatividad de los estudiantes y la capacidad de construír sobre lo existente e imaginar nuevas posibilidades de acción.
BorrarHay otros comentarios de interés de docentes de diversos países en el grupo de Innovación Docente de LinkedIn, que confirman la percepción que tenemos sobre el interés que despiertan este tipo de enfoques.